Una cabeza, no. Pero he visto (y he ayudado a) amputar un brazo por algo de lo que te voy a hablar hoy. Y todo empezó con un simple golpe.
Hoy te contaré cómo un pequeño problema “sin importancia” puede generar una catástrofe. Y no solamente en tu brazo o pierna. También puede causar efectos sistémicos, como insuficiencia renal, arritmias cardíacas y, en ocasiones, la muerte.
Como siempre, hago el ejercicio mental de llevarlo a mi empresa, organización o incluso familia.
Soy Carles, anestesista y autónomo. Fundador de Tauro, la organización para los que facturan. Y alguien con ganas de aprender, de abrir la mente. Gracias por leer Sedación Consciente, cada día somos más.
Eso que te contaba se llama síndrome compartimental. Sí, su nombre viene de “compartimento”, no de “comportamiento”. Aunque ciertos comportamientos pueden hacer estallar empresas, organizaciones, familias y la salud.
Por qué muere un brazo (o pierna)
Si aumenta la presión en ese compartimento, esta envoltura puede ceder hasta cierto límite. Si se sobrepasa, problemas: esta presión interna pone en riesgo la llegada normal de sangre y oxígeno al compartimento. Es como un vagón de metro atestado en plenas fallas de Valencia. No lo intentes, no vas a entrar, y a veces cuesta incluso salir.
Los músculos y nervios sufren porque no pueden desarrollar su función orgánica y todo va cuesta abajo y sin frenos.
La circulación del compartimento empieza a fallar, se “atascan” los circuitos, y la poca recirculación de sangre que tiene lugar arrastra moléculas dañinas producto del metabolismo celular, los famosos radicales libres.
No voy a citar más nombres extraños, pero en definitiva, se está impidiendo la normal “respiración” celular a través de las mitocondrias. Te haces una idea: la hiperpresión ha generado un ambiente tóxico muy nocivo.
En una empresa, existen departamentos semiautónomos que son como brazos. Tienen sus propios circuitos y límites de competencias. Su capacidad de absorber carga de trabajo no es infinita, no son siempre elásticos. Y el ambiente que se respira en el departamento puede hacer que la misma tarea sea fácil o muy difícil de llevar a cabo.
Pero ponme ejemplos, ¿no?
Muy en resumen, esto ocurre por falta de equilibrio entre entrada y salida de volumen en el compartimento. Ejemplos:
Edema (inflamación) bestial o exagerado. Sea por una picadura a la que tienes hipersensibilidad, sea por una alergia… mil causas
Un yeso demasiado apretado, demasiado tiempo
Fractura de antebrazo o pierna que recibe una cirugía tras la cual hay un sangrante leve pero continuo en el compartimento
Dificultad en el drenaje por obstrucción venosa. A su vez, puede ser causa del edema (que *colapsa* las venas)
Por aplastamiento del brazo o pierna, con una viga, por ejemplo
Convulsiones (epilepsia)
En una empresa, meten presión las fechas de entrega infernales, el estilo de liderazgo impositivo, la mala gestión del talento y la baja capacidad de escuchar a las personas.
Por otro lado, liberan presión las ventajas o perks (descuentos, días libres, guarderías…), flexibilidad horaria, planes de equipo y transparencia en la comunicación, entre otras cosas.
Date cuenta, abre los ojos, sospéchalo
Como se suele decir, el primer paso es reconocerlo.
Sin diagnóstico no hay tratamiento y, sin tratamiento, el miembro muere. Llegar tarde puede ser fatal.
Lo peor no es que si se muere el nervio, el brazo (o pierna) dolerá y puede quedar inútil o necesitar una amputación. Lo peor es que la liberación de toxinas a la circulación sanguínea puede acabar provocando un fallo sistémico: problemas de filtrado en los riñones, acumulación de ciertos iones o metabolitos, arritmias cardiacas e incluso paradas cardiacas.
Volviendo a ser muy esquemático, para no liarnos, el síntoma principal y más temprano es el dolor incontrolable. Un dolor que no se alivia con analgésicos habituales. El dolor isquémico, por sufrimiento de tejidos musculares y en parte por sufrimiento del nervio, que genera unas señales de queja del nervio hacia el cerebro muy, pero que muy desesperantes. Tras esto y al galope llegan otro tipo de síntomas, como la falta de sensibilidad o la debilidad muscular.
Haz caso al primer síntoma. Existen modos de medir la presión del compartimento en directo, que suelen consistir en insertar agujas conectadas a medidores externos. Pero el dolor es fiable, se trata de escuchar al paciente. Si, cuando lo detectas, el paciente no puede mover los dedos… llegas tarde, muy tarde.
En una empresa, esto se mide: dedica un tiempo a repasar los llamados “indicadores de rendimiento” de tu equipo. Sean los tiempos de entrega, capacidad de producción, ausentismo… tú eliges qué es relevante para ti.
Y lo de escuchar… tampoco es tan difícil bajar tu propia voz y no ser el protagonista. Escucha a la gente de tu organización, tienen cosas que decir. Pueden ser los síntomas tempranos, puedes llegar a tiempo.
Si llegamos a tiempo, lo tratamos. Si no, también
No quieres amputarle el brazo a nadie. No quieres tener que reanimarlo ni conectar su riñón a una máquina.
Si llegas a tiempo, actúa rápidamente. Liberar la presión en el compartimento es el tratamiento más aceptado, la mejor opción. Llamamos fasciotomía a la cirugía que consiste, a grandes rasgos, en cortar (-tomía) una fascia (esa membrana que no aguanta la presión interna). Ese corte salva vidas. Y no es difícil de realizar.
En una empresa, la solución tampoco es difícil de ejecutar, solamente hay que haberlo detectado. Para no tener que hacer la fasciotomía (y mucho menos tener que amputar el departamento o morir), libera a tiempo la presión nociva. Toma medidas para que la gente respire, que las células de la organización vivan sin esa sobrepresión. Que les guste lo que hacen. Que entiendan el porqué, que sepan que se les exige, pero se les da.
Pasa en las mejores familias. Reflexiono
Al grano:
El equilibrio de presiones es algo que debes cuidar mucho en tu vida y en tus organizaciones
Los grupos de personas y los grupos de células se comportan de forma similar: funcionan mejor si saben lo que hacen, el porqué y tienen “alimento” para hacerlo
La mayoría de medidas que hacen que la gente trabaje a gusto ya las conoces
La clave está en medir. Mide cómo de presionados están los miembros de tu organización. Bien sea midiendo los tiempos de entrega, la satisfacción del personal o el ritmo de generación de nuevas propuestas desde cada departamento. Tómales el pulso.
Escucha, que no es tan difícil. Baja el volumen de tu voz, eso ayuda mucho. Acércate a realidades que no son la tuya.
Toma medidas rápidamente. Mejor aliviar presión a tiempo que tener que cortar o morir.
Consejo extra. Ah, y, si el que está demasiado presionado/a eres tú, levanta la mano. Estarás haciéndote un favor, a ti y a tu entorno.